Para realizar la transición energética es necesario importantes inversiones, que complementen la inversión que se está realizando para luchar contra el cambio climático. Asimismo, el sistema financiero debe armonizarse con mayores requisitos de sostenibilidad, siendo necesario la reasignación de inversión de capital a las soluciones bajas en carbono.
Las limitaciones financieras pueden inhibir las inversiones. Deben desbloquearse las fuentes de financiación que actualmente contribuyen poco a la inversión de energía sostenible; dando una mayor participación a los inversores institucionales (fondos de pensiones, compañías de seguros…) y los sistemas de financiación basados en la comunidad; tal y como señalan desde varias organizaciones internacionales.
Para que se diera una transición energética como la que se necesita, sería beneficioso eliminar de una manera gradual las ayudas a los combustibles fósiles, proporcionando así un equilibrio entre todas las tecnologías.
La economía circular es el proceso de transformación social que más se interrelaciona con la transición energética; que ayuda a impulsar procesos de economía circular y a su vez, la economía circular orienta la transición energética hacia su máxima sostenibilidad.
Barreras legislativas
Es indispensable el establecimiento de un marco regulatorio estable que ofrezca garantías a largo plazo a todas las partes para la definición y consecución de los objetivos marcados para alcanzar los objetivos planteados de cara a 2030 y 2050.
Además, es necesario el desarrollo de instrumentos políticos que faciliten la inversión y ayuden a eliminar esas barreras económicas. A esto hay que señalar la necesidad de una regulación que no penalice el autoconsumo y empodere energéticamente hablando a la ciudadanía.
Asimismo, la complejidad de procedimientos administrativos frena el desarrollo de muchos proyectos e iniciativas, por lo que sería necesario unos procesos más ágiles.
España actualmente un proyecto de Ley, mandado a las Cortes el pasado 19 de mayo.
PROYECTO DE LEY DE CAMBIO CLIMÁTICO Y TRANSICIÓN ENERGÉTICA
Ciudadanía y sociedad
A nivel de la sociedad, la principal barrera que se plantea para avanzar hacia la transición energética reside en la falta de información o desinformación. La ciudadanía, en general, carece de una información clara al respecto, la dificultad de los términos y la complejidad de la materia hace que la sociedad no entienda los beneficios de dicha transición. Un aspecto que se suma a la situación de pobreza energética por la que atraviesa una parte de la población.
Por otro lado, es necesario subrayar la necesidad de garantizar una seguridad jurídica para la ciudadanía que quiere ser parte activa de la misma, evitando los errores del pasado, que han generado desconfianza en una parte de la sociedad y se ha convertido en una barrera para democratizar el proceso de transición.
Tecnología e innovación
Para conseguir las innovaciones que necesita la transición energética; los gobiernos, actores internacionales y el sector privado tienen que unirse y actuar de manera conjunta y coordinada.
La investigación, el desarrollo y la demostración son claves para apoyar una transición eficiente y eficaz. La innovación y el despliegue temprano de las tecnologías de bajo carbono ayudaría a asegurar su disponibilidad y a reducir más los costes. Ello implica un importante gasto y sólo es posible con el apoyo de nuevos modelos de negocio y financiación asequible.
La innovación es determinante para el desarrollo de alternativas, pero se necesita invertir y es una barrera muy importante que se necesita superar para alcanzar esa neutralidad deseada en carbono.
Barreras energéticas y de materiales
El sector eléctrico y energético en general es consciente del papel clave que juega en la consecución de los objetivos necesarios para la Transición Energética. Sin embargo, el propio sistema actual presenta una serie de retos y limitaciones que frenan el cambio. El más importante radica en la cantidad de energía que proporcionan en la actualidad las fuentes no renovables y el tamaño de las infraestructuras energéticas construidas.